El peligro de cazar y pescar solo.
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El peligro de cazar y pescar solo.
Un cazador de 76 años muere en León tras dispararse accidentalmente en una pierna
El gijonés Carlos Riera falleció en un coto de caza como consecuencia de una hemorragia tras permanecer varias horas sin poder moverse
03:05
R. GARCÍA
Un gijonés de 76 años de edad, Carlos Riera Blanco, falleció entre el domingo y el lunes en el coto de caza de Rabanal de Luna, situado en la provincia de León, a sólo diez kilómetros de la delimitación territorial de esta provincia con Asturias. La Guardia Civil descubrió el cuerpo sin vida del septuagenario gijonés al mediodía del pasado lunes. Las primeras investigaciones realizadas por el equipo de la Policía judicial de la Benemérita apuntan a que el gijonés falleció como consecuencia de la hemorragia producida por un disparo fortuito de su propia arma en la pierna.
Carlos Riera se desplazó a León el domingo por la mañana. El gijonés dejó aparcado el coche en el que viajaba en las inmediaciones de un camping que se encuentra situado a escasos metros del lugar del suceso, para después adentrarse a pie en el coto de caza. «Estos días las instalaciones del camping están cerradas, por eso no vimos nada ni nos dimos cuenta de lo que había pasado», señalaba ayer tras conocer el suceso el responsable del establecimiento en conversación telefónica con este periódico. Fue, de hecho, un vecino de la zona el que posteriormente dio la voz de alarma y alertó a la Guardia Civil acerca de la desaparición del gijonés. Carlos Riera no había vuelto a por su coche 24 horas después de su llegada al coto de caza, por lo que en el puesto de la Benemérita saltaron todas las alarmas.
Varios agentes de la Guardia Civil de León pertenecientes a las patrullas de seguridad ciudadana y del servicio de protección de la naturaleza (Seprona) se adentraron entonces en la zona reservada para los cazadores ayudados por los perros-guía de la Comandancia, con el objetivo de localizar al gijonés. Los funcionarios encontraron el cadáver del septuagenario pocas horas después de iniciar la búsqueda. Los agentes no pudieron hacer nada para salvarle la vida al gijonés. La herida en la pierna habría impedido al herido cualquier tipo de movimiento. Carlos Riera no pudo abandonar el coto de caza en el que falleció horas después de dispararse accidentalmente su arma.
El cuerpo sin vida del cazador fue conducido en un primer momento al Instituto Anatómico Forense de León. Los responsables de esta institución realizaron la autopsia al cadáver, que fue trasladado posteriormente a Asturias. Los restos mortales de Carlos Riera llegaron a Gijón a última hora de la tarde de ayer.
«Era un experto cazador», señalaron tras el suceso fuentes cercanas a la familia. Carlos Riera llevaba «más de 50 años cazando y pescando en varias zonas de los alrededores de Asturias», aseguraban sus conocidos. El gijonés no pertenecía a ninguna asociación de cazadores, aunque «siempre solía ir acompañado a todos los ríos y cotos de caza». Carlos Riera tenía varios amigos con los que solía quedar para ir a cazar, pero en esta ocasión había decidido desplazarse solo hasta el coto de caza de Rabanal de Luna, una zona que conocía «bien», según sus amigos. «Era un hombre de buenos hábitos», concluían ayer algunos de sus conocidos. El fallecimiento de Carlos Riera ha supuesto «un duro mazazo» para los hijos, que se enteraron de la noticia el pasado lunes y que ayer se mostraron muy afectados por lo sucedido.
El funeral por el eterno descanso del fallecido, vecino de la calle Instituto, tendrá lugar hoy, miércoles, a la una de la tarde en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Gijón. Después del oficio religioso, los restos mortales del fallecido serán trasladados al cementerio de Cabueñes, en donde recibirán sepultura. El difunto estaba casado con María del Carmen Morís García y tenía tres hijos: Belén, Carmen y Carlos Riera Morís, así como cuatro nietos. Hasta que llegue el momento de la celebración del funeral, la capilla ardiente del fallecido permanecerá instalada en la sala 1 del tanatorio Gijón-Cabueñes. Decenas de familiares y amigos de la familia del difunto se acercaron ayer hasta el centro mortuorio gijonés para mostrar su apoyo en unos momentos tan difíciles para los hijos y la viuda de Carlos Riera.
Del Diario La Nueva España 23-11-2011.
El gijonés Carlos Riera falleció en un coto de caza como consecuencia de una hemorragia tras permanecer varias horas sin poder moverse
03:05
R. GARCÍA
Un gijonés de 76 años de edad, Carlos Riera Blanco, falleció entre el domingo y el lunes en el coto de caza de Rabanal de Luna, situado en la provincia de León, a sólo diez kilómetros de la delimitación territorial de esta provincia con Asturias. La Guardia Civil descubrió el cuerpo sin vida del septuagenario gijonés al mediodía del pasado lunes. Las primeras investigaciones realizadas por el equipo de la Policía judicial de la Benemérita apuntan a que el gijonés falleció como consecuencia de la hemorragia producida por un disparo fortuito de su propia arma en la pierna.
Carlos Riera se desplazó a León el domingo por la mañana. El gijonés dejó aparcado el coche en el que viajaba en las inmediaciones de un camping que se encuentra situado a escasos metros del lugar del suceso, para después adentrarse a pie en el coto de caza. «Estos días las instalaciones del camping están cerradas, por eso no vimos nada ni nos dimos cuenta de lo que había pasado», señalaba ayer tras conocer el suceso el responsable del establecimiento en conversación telefónica con este periódico. Fue, de hecho, un vecino de la zona el que posteriormente dio la voz de alarma y alertó a la Guardia Civil acerca de la desaparición del gijonés. Carlos Riera no había vuelto a por su coche 24 horas después de su llegada al coto de caza, por lo que en el puesto de la Benemérita saltaron todas las alarmas.
Varios agentes de la Guardia Civil de León pertenecientes a las patrullas de seguridad ciudadana y del servicio de protección de la naturaleza (Seprona) se adentraron entonces en la zona reservada para los cazadores ayudados por los perros-guía de la Comandancia, con el objetivo de localizar al gijonés. Los funcionarios encontraron el cadáver del septuagenario pocas horas después de iniciar la búsqueda. Los agentes no pudieron hacer nada para salvarle la vida al gijonés. La herida en la pierna habría impedido al herido cualquier tipo de movimiento. Carlos Riera no pudo abandonar el coto de caza en el que falleció horas después de dispararse accidentalmente su arma.
El cuerpo sin vida del cazador fue conducido en un primer momento al Instituto Anatómico Forense de León. Los responsables de esta institución realizaron la autopsia al cadáver, que fue trasladado posteriormente a Asturias. Los restos mortales de Carlos Riera llegaron a Gijón a última hora de la tarde de ayer.
«Era un experto cazador», señalaron tras el suceso fuentes cercanas a la familia. Carlos Riera llevaba «más de 50 años cazando y pescando en varias zonas de los alrededores de Asturias», aseguraban sus conocidos. El gijonés no pertenecía a ninguna asociación de cazadores, aunque «siempre solía ir acompañado a todos los ríos y cotos de caza». Carlos Riera tenía varios amigos con los que solía quedar para ir a cazar, pero en esta ocasión había decidido desplazarse solo hasta el coto de caza de Rabanal de Luna, una zona que conocía «bien», según sus amigos. «Era un hombre de buenos hábitos», concluían ayer algunos de sus conocidos. El fallecimiento de Carlos Riera ha supuesto «un duro mazazo» para los hijos, que se enteraron de la noticia el pasado lunes y que ayer se mostraron muy afectados por lo sucedido.
El funeral por el eterno descanso del fallecido, vecino de la calle Instituto, tendrá lugar hoy, miércoles, a la una de la tarde en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol de Gijón. Después del oficio religioso, los restos mortales del fallecido serán trasladados al cementerio de Cabueñes, en donde recibirán sepultura. El difunto estaba casado con María del Carmen Morís García y tenía tres hijos: Belén, Carmen y Carlos Riera Morís, así como cuatro nietos. Hasta que llegue el momento de la celebración del funeral, la capilla ardiente del fallecido permanecerá instalada en la sala 1 del tanatorio Gijón-Cabueñes. Decenas de familiares y amigos de la familia del difunto se acercaron ayer hasta el centro mortuorio gijonés para mostrar su apoyo en unos momentos tan difíciles para los hijos y la viuda de Carlos Riera.
Del Diario La Nueva España 23-11-2011.
Pedro- Cazador Profesional
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Re: El peligro de cazar y pescar solo.
Son cosas que suceden,la verdad yo cazo y pescocasi siempre solo y es un riesgo el que se asume,una de las cosas que llevo casi siempre encima es un movil y la emisora siempre encendida
crista- Cazador Vip
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