El Braulio.- acto 2º.

por fausti, Jue 31 Jul 2008 - 15:00

El Braulio de Sartaguda.

ACTO 2º

A las puertas del Cielo.

Nuestro singular y añorado Braulio, el de Sartaguda, dejó de respirar como consecuencia propia de su personal fallecimiento, y ateniéndose al célebre dicho latino expresado por el sr. Sófocles “mortum est qui non respira”, murió.
Pasado un buen rato se produjo, como no podía ser de otra forma, la conocida “sensación astral” en el cuerpo del Braulio de forma que el “cuerpo espíritu” abandonó el “cuerpo masa carnal” levitando y ascendiendo paulatinamente mientras el otro seguía yaciendo en el lugar de la tragedia hecho un auténtico nazareno.

El caso es que nuestro Braulio, aplicando la lógica adecuada al momento, se rehizo del enorme shock que le produjo su propia muerte y, aun con paso algo vacilante, tomó la senda conducente al cielo.
Ni fue largo el camino recorrido ni exigente en esfuerzo pues en un “santiamén” (como parece que lógicamente correspondía) topó con los bellos jardines que circundaban, haciendo de entrañable preludio, al glorioso lugar que le aguardaba.

Plantóse el Braulio ante las puertas del cielo y llamó:

.- ¡clás! ¡clás! ¡clás! ¡clás!, cuatro veces.

Con una suavidad y premura envidiable fueron abriéndose dulcemente las puertas, ¡¡ las puertas del cielo se abrían para él ¡!, para el Braulio de Sartaguda que, sobrecogido por la emoción del momento, ni alentar podía.
Y hete aquí que en el umbral de las mismas aparece la figura de Pedro (el santo) que en aquellos momentos se encontraba de “imaginaria”.
De esta guisa, se entabló entre ambos la siguiente conversación:

.- Pedro: ¡Buenassssss!, ¿en qué puedo servirle amado hermano en la fé?
.- El Braulio: ¡hola, buenas!, pues mire usté, yo soy el Braulio, el de Sartaguda, ¿sabe? ,es que ocurre que como puede ver me he muerto y.. ¡bueno! ...pues aquí vengo, a ver que me dicen.
.- bien, bien hijo mio, ya veo que te encuentras en un deplorable estado físico, lleno de golpes, moratones, desgarrones y demás. ¿te has caido?
.- así es sr. Pedro, estaba labrando y me volcó el tractor ¡¡ menuda leche que me he dau ¡!
.- ¡¡ ayayayyy ¡! espetó Pedro, ¡ golpe hijo mio, golpe ¡, bueno, pasémoslo por alto, y quieres saber si eres apto para tener aquí tu eterna morada gozando de la contemplación de nuestro Divino Señor, ¿no?.
.- pues si Sr. Pedro, eso quería.
.- bien, bien, dijo el santo, pues voy a consultar el libro de méritos obtenidos según baremo de puntuación, si llegas al mínimo establecido figuraras en mi listado y entonces te quedas con nosotros.

y en diciendo esto el santo toma un grueso libro en el que comienza a buscar y rebuscar el nombre del Braulio........

a la par que el libro abría
hojas y hojas pasó
y cien hojas pasado había
y en ellas no aparecía
el nombre que se le dio

fruncía su ceño el santo
señal de desilusión
que acrecentaba el espanto
por tener que esperar tanto
el Braulio con gran tensión

mil halos de temor nublan su mente
algunos mas de mil turban su razón
gélido el sudor brota de su frente
que embarga sus sentidos y no siente
lánguidos sollozos allá en su corazón

.- Estoooo, exclama el santo interrumpiendo su afanosa búsqueda, ¿mes has dicho hermano que te llamas Braulio y eres nacido en Sartaguda y de profesión labriego ¿
.- si, si sr. Pedro, eso es, Braulio Mingatxikigoitia Burrandasolategui, eso.
.- ¡¡ aaaaaaaaaah ¡! objeta el Santo con ojos desmesuradamente abiertos, pues que bien, que original ¿no?, y fácil ¿verdad?.
.- si, si sr. Pedro lo que usté diga pero pa abreviar me llame como los del pueblo si quiere, que yo allí era el “Pishorra”.
.- mmmmmm....., bueno, bueno, Pishorra......digooo, Braulio, vamos a ver, por mas que repaso todo el listado no caigo en tu nombre, claro que, siendo tus apellidos tan largos pues igual es que no cabían en la línea, el caso es que en principio, digo en principio, no puedo dejarte pasar, por otra parte bien sabes tu amadísimo hermano que en este lugar no se cometen errores. Mira, dirígete al Purgatorio pues allí tienen otra lista y pregunta si estas incluido en ella. Conoce no obstante el dolor y desconsuelo que todo esto me produce, ve como sangra mi corazón de duelo, verás...

Oye Braulio mi aflicción,
y profundo desconcierto,
porque siento
tan herido el corazón
que ya ni a llorar acierto

¡¡ oh vida cruel, cruel ¡!
la del terráqueo mundo
que al segundo
bebes amarga la hiel
de un desengaño profundo

Son templanza y fortaleza
dos virtudes cardinales
sin las cuales
nunca obra fortaleza
para atenuar los males

recibe buen Braulio mi adiós
mi espíritu va contigo
que aunque tu no estés conmigo
ni yo pueda estar mas con vos
te amaré por siempre amigo.

fin del Acto 2º.
el siguiente, si procede su alumbramiento, será el 3º después del 1º y del 2º.