¡¡ que no os pase nada !!

No doy fe de que lo que a continuación se relata sea cierto o no, pero quien pregunte, como yo lo hice, a los ancianos lugareños sobre la veracidad de los hechos, obtendrá además de una afirmativa respuesta, una narración que se ajustará fielmente a la que a continuación se expone.


DE CUANTO ACONTECIOLE AL BRAULIO DE SARTAGUDA


ACTO 1º

Dícese que aconteció aqueste suceso en Sartaguda, muy noble y leal villa de Navarra, y del que fuera su singular protagonista, eso sí, muy a pesar suyo, un bizarro y fornido mozo, labrador, de recias y arraigadas costumbres, bronceada tez y piel curtida y reseca, indudable cosecha recogida como consecuencia de las mil y una batallas libradas en los páramos y yermos de su tierra natal, soportando con recio corazón e indomable y tesonero espíritu las inclemencias de un justiciero sol y un incesante viento, hombre tierno en su robustez y marcado por acentuados principios de honradez, honestidad y creencia en el esfuerzo y el trabajo diario. ¡así era el Braulio!, nuestro Braulio, el de Sartaguda, querido y admirado por todos y cada uno de los pueblerinos del lugar, sus vecinos y amigos, incluso el alcalde, que aún lo lloran y recuerdan.

Corrían a la sazón los primeros días del mes de septiembre, postrimeros de un verano ardiente y seco, que había hecho granar muy favorablemente la mies ante la alegría y regocijo de los labriegos del lugar. Recogida la buena cosecha, y por ende sus necesarios y anhelados frutos, el Braulio reponía fuerzas con las que encarar la habitual y próxima contienda de roturar nuevamente las parcelas mantenidas en barbecho durante el invierno, dado que en la zona teníase por costumbre cultivar por año y vez. Unas providenciales lluvias otoñales, seguidas de algún que otro día de tibio sol y calmoso viento proporcionaron a las resecas tierras riberas un grado de humedad, o tempero, harto apropiados para su laboreo previo a la nueva siembra.

Así pues, desperezóse el Braulio una mañana, un café sorbido, alforja preparada y al volante de su poderoso tractor se dirige a la parcela presto a dar inicio a una nueva temporada de siembra. El agradable olor que emana de la húmeda tierra y el buen estado de la misma para la faena de labranza templan el ánimo del Braulio que, entonando canturreos, comienza a voltear la tierra procurando siempre una vuelta mas de tractor que el año anterior por aquello de “el buen labrador, un poquito mas, mejor”.

Hallábase el Braulio en tal empeño cuando, improvisadamente, la zona de ezpuenda que surcaba su tractor cedió desmoronándose en un santiamén, quizá algo erosionada por la últimas lluvias y con excesiva humedad, nunca se sabrá, pero se vino abajo provocando el aparatoso vuelco del tractor que rodó y rodó sin parar, pues pronunciada y larga era la fatídica ezpuenda. Y con el caía nuestro Braulio, firmemente asido al volante.

[i]¡joder!, exclamaba el Braulio,
vuelta a vuelta sin parar,
pues dicha ezpuenda era larga,
larga y dura en su rodar,
como no ocurra un milagro,
¡que ostia me voy a dar!. [/i]

y ¡hete aquí! que el tractor paró, .....¡si! ¡si!, paró de inmediato, mas no por cuanto la providencia divina atendiera el fervoroso implorar del Braulio, sino porque, para cumplir con su fatal destino, el tractor llegó con inusitada violencia al fondo del barranco, hecho añicos quedó, por supuesto, así como su infeliz y desventurado morador, el Braulio, que yacía, difunto él, hecho unos zorros como consecuencia de la brutal caída. O sea, que el Braulio se la dio, y se la dio, fuerte, contundente, fatal y dura ...................

dura como la vida misma,
como la vida real.
así falleció el buen Braulio,
recio mozo sin igual,
dejando dolor y duelo,
en Sartaguda su pueblo,
su Sartaguda natal.

Falleció. El Braulio de Sartaguda, entregado al campo, a la azada, al tormo y al tractor, frisando los 35 años, .......

con su tractor que volcó,
el Braulio perdió la vida,
mas nunca el orgullo y honor,
de hombre honrado y prudente,
y además buen labrador.


FIN DEL ACTO 1º
(el siguiente a este acto 1º, si procede su publicación, será el acto 2º)

es muy bonito, cada vez me gusta mas la poesia, es que entiendo un poco de rimas y medidas... etc. me gusto mucho el otro poema que escribiste Fausti. (este tambien)

precioso fausti no lo avia visto

yo quiero saber si puedo seguir con los sucesivos actos o no. Va de humor.

por mi si

Por supuesto Maeztro!!!

Que Jodio
Como no vas a seguir??
Piensas dejarnos asi?? a medias???

Estoy esperando esos sucesivos actos mas que a las codornices

Adelante artista!

Maestro, vamos, como va Vd. a dejarnos asi. sientese a gusto, sin prisas y deje fluir eso que lleva dentro. Maestro, vamos, piano, piano, cuando Vd. se encuentre comodo suelte ese segundo acto.

gracias a la vox pópuli. Gelo, eres la leche ¿que haríamos sin ti?
Hace un tiempo que alguien me contó un chiste corto que es la base de esta idiotez que escribo. Bueno el caso es que un dia, como el chiste me pareció gracioso decidí probar a ampliarlo, sacarlo de quicio, incorporar chorradas a punta pala y al final quedó convertido en una gran gilipollez que no se parece en nada a la idea básica, y es que no se porqué, haciendo honor a la sensatez de mi vasca que así opina, el pensar bobadas y chumingadas es lo único que he hecho medio bien en mi vida, coño, razón no digo que no tenga pero..... ¡¡ no creo que sea pa tanto !!, ¡¡ o sí !!

Y cuando bamos pa viejos creo que va a mas jajaj, yo lo que digo es que el que tiene un espiritu joven "o como se diga", lo conserva hasta la muerte y el que sea recatao y prudente de joven, pues no te digo nada de mayor.
Me lo aplico a mi y sale que aunque tenga 48 tacos sigo siendo igual de confiado, timido, nostangico, con muchas nubes en la cabeza y sobre todo, aunque tenga esos años me digo que sigo con un espiritu de chabal.
Menos mal que para eso tenemos la parienta alguno como yo, con con una mirada y dos comentarios, crecemo de golpe 30 tacos.