Y OTRA MÁS DE ZORRAS III

Son las 21:00 y acabo de llegar a casa desde las 9:00 que salí de ella, después de una jornada muy completa, con cuatro zorras quitadas al campo, bien comido, con buenos compañeros y… muy dolorido.

Hoy hemos dado otra manita zorrera al coto, se ha vuelto a quedar a las 10:00 en la entrada del pueblo, pero antes me llama el presidente del coto para decirme que ha tenido una urgencia laboral y que no podrá ir hasta que no la solucione, que está llamando a Francisco pero que no le coge el teléfono, que irá en cuanto pueda.

Llego al pueblo a las 10:00 en punto y allí no hay nadie, mientras espero me entretengo mirando el monumento que han colocado allí, se que tiene su trabajo pues las piedras están labradas a mano y tiene mucho mérito, pero me llama la atención que la maquinaria que está puesta, un molino de aceite, resulta que pone el nombre del molino (que no recuerdo) y el nombre de un alcoyano, sí de Alcoy… ¿es que no hay restos de molinos de aceite aquí como para que se lo tengan que traer de Alcoy?

El caso es que a las 10:15 se presenta Francisco con los perros y sin ayudantes, ha estado puesto a las palomas y no tenía cobertura y al final se le ha hecho tarde. Pues estamos buenos sólo dos y sin conocer bien las zorreras, pero bueno algo hay que hacer hasta que venga Jero o se presente mi amigo Juan, que sale de trabajar sobre las 12 y me ha dicho que en cuanto salga se presenta en el coto.

Decidimos enganchar el remolque en mi coche, pues es más alto, y dejar el coche de Francisco allí aparcado, nos montamos y con el coche en marcha y la primera metida veo salir del pueblo el coche de la Guardia Civil, les digo a los pasajeros ¡¡los cinturones!! dejo que pasen y desde la ventana de todoterreno una número rubia nos dice “eso antes, eso antes” con una amplia sonrisa pero sin intención de parar… respiramos de alivio, pensarían que íbamos a salir a la carretera, pero sólo la íbamos a cruzar pues el camino de entrada al coto estaba justo enfrente, pero bueno… un alivio.

Enfilamos el camino-calleja hacia el coto, es muy largo y está muy mal, no es un gusto ir por él y serán unos tres kilómetros o más hasta la entrada al coto, una vez en él los caminos ya están algo mejor. Vamos en dirección de una zorrera que nos ha indicado Jero que está por bajo de una de las charcas, paramos el coche, montamos las armas y cuando vamos a soltar los perros… la llave de la puerta del remolque se le ha olvidado a Francisco en su coche, hay que volver.

Aprovechamos para investigar dónde está la zorrera que no acabamos de encontrar, localizamos una boca y nos volvemos al coche para ir a por la llave. Antes de salir del coto paramos para ir a ver otra zorrera con zarzales, hay que andar un poco, llegamos a ella y sólo se ve apetecible de meter los perros un gran zarzal en el regato, de ahí ya he sacado una vez un gran guarro hace años, no parece que tenga bocas de guarro y puede que tenga algún zorro, quedamos de acuerdo en darle una manita luego con los perros.

Según nos vamos volviendo al coche sobre nuestros propios pasos, en un llano limpio a 50 metros del coche, nos arranca una gran liebre, enorme, y nos quedamos mirando cómo se mete en las escobas, es de las típicas que si me salen en época de caza se me suelen ir con tranquilidad… ¡¡se las ve tan facilotas!! Vemos la gran cama que tiene y la cojo en vídeo, vuelta al coche y para el pueblo.

Otra vez por el camino malo, en primera y segunda y primera y segunda y pensando que luego hay que volverlo a coger, pero bueno en éstas aventuras siempre hay que estar preparado para cosas como éstas. Por el camino vemos un gran zarzal al lado que también decidimos meter luego los perros, y ya cerca del pueblo otro zarzal grande al lado de una fuente. Llegamos al coche de Francisco y vuelta para atrás.

Paramos en el zarzal de al lado del pueblo y con los perros nos vamos hacia él, fue llegar e irnos pues los perros se metieron y se salieron con facilidad. A éstas horas de la mañana sobra toda la ropa y empezamos a sudar, sobre los veintitantos grados. Llegamos al coche y allí está un paisano mayor con un rebaño de ovejas, nos paramos ha hablar con él y resultó lo que suelo sospechar en éste pueblo: es familia mía. Éste pueblo tendrá unos cien habitantes y de aquí era la familia de mi madre, casi todos son familia y en cuanto empezamos a decir apellidos y nombres salen los parentescos, en éste caso no conocía a mi abuelo por los apellidos pero fue decir el mote y enseguida resultó que era primo de mi abuela… cosas de pueblos.

El caso es que éste hombre nos indica que tiene una zorrera en un huerto cercano al pueblo, nos lo indica por señas y decidimos ir andando hacia ella. No sin cierta dificultad la conseguimos encontrar, está bien pisada, metemos los perros y se salen enseguida, hoy se ve que las zorras están todas fuera tomando el sol y no me extraña con el día que hace, a todo esto el teléfono ha sonado un par de veces justo en el peor momento, no se ni cómo pero lo apago pero se enciende solo, un misterio muy inoportuno, era Juan para decirme que ya ha salido del trabajo y que qué tiene que traerse, si compra unas pancetas o qué, le digo que no compre nada y que se de prisa.

Nos volvemos andando al coche por las callejas y cerca ya del coche no está “mi familiar” pero sí ha llegado un coche con una mujer rubia con ganas de hablar y una niña, ha soltado un par de perrillos y los está paseando por allí, al pasar al lado de ella nos pregunta que qué raza son los perros y al contestarle que teckel empieza a contarnos su historia, que si se ha venido desde Barcelona con su marido, que si la vida en los pueblos es idílica, que si se lleva bien con la Guardia Civil del pueblo menos con el cabo… lo dicho: con ganas de hablar, se ve que el día hoy no está para zorras y si para las relaciones sociales.

Enfilamos la maldita calleja, otra vez primera y segunda y primera y segunda, hasta llegar al zarzal que habíamos elegido, aparcamos cerca, nos bajamos y vemos que tiene unas buenas entradas zorreras pero los perros vuelven a entrar y salir enseguida: no hay zorras.

Llegamos al coto y nos vamos al zarzal del regato, otro tanto de lo mismo… no hay zorras pero sí otra llamada de teléfono, otra vez Juan para decirme que su mujer y su hija han decidido por ellas mismas que se van con él, que ha comprado panceta y chuletas y que deja a las mujeres en el pozo donde paramos siempre y luego va a buscarnos. Harto del teléfono decido tirarlo al fondo de maletero y olvidarme de él.

Enfilamos a la zorrera de la charca, paramos el coche a la sombra de unas encinas con la intención de comer allí después de dar la zorrera, empezamos a montar las escopetas y… ¡¡de nuevo el teléfono sonando al fondo del maletero!! Esta vez es Jero para decirnos que viene de camino, como no sabíamos muy bien si lo que nosotros habíamos visto era la zorrera indicada por él, decidimos ponernos a comer y esperarlo, al poco lo vemos venir con el Lada a toda leche por el camino, le dejamos que coma un poco y nos encaminamos al trabajo.

Sí que era la zorrera que habíamos visto, pero tiene dos bocas y nosotros sólo habíamos visto una, pero para el caso da igual, nada de nada dentro de ella. Nos volvemos al coche hablando del engaño que es el tener el coto federado, no tiene nada de beneficios pero todos los años hay que pagar a la Federación 1.800 euracos, si los socios pagamos de cuota 50 euros con seguro o 40 sin seguro, la sociedad sólo saca limpios 18 euros de cada cuota, vamos ¡¡un robo!! Como los socios no quieren que se suba la cuota lo mejor es que redondeemos en 50 para todo el mundo y darle una patada a la Federación, luego el seguro que se lo saque el que quiera por donde quiera.

Una vez en los coches Jero nos indica que es posible que le vuelvan a llamar, tal y como iba el día hubiera apostado que así sería pero, por suerte, me hubiera equivocado y además parece que se va enderezando el tema, en ese momento llega Juan que ha dejado a la mujer, una amiga de ésta y a su hija pequeña en el pozo haciendo la lumbre. Ya estamos cuatro y podemos cubrir mejor las zorreras.

Decidimos dar una gran zorrera de canchos que siempre hemos ido dejando, enfilamos hacia ella con el remolque en el Terrano de Juan, dejamos el mío allí aparcado y nos vamos los cuatro en dos coches pues el camino es malillo. La zorrera es muy grande, nos colocamos abriéndonos por los laterales y yo me pongo a la izquierda, Juan a la derecha, Jero arriba controlando las salidas traseras y Francisco también encima controlado las salidas delanteras, aquello es muy grande y el canchal central está partido por la mitad, le doy señales a los dos del centro para que me sitúen, Francisco me ve pero Jero, por lo ocurrido a continuación no.

Al niño siempre le pongo detrás de mí agachado y en el suelo, yo me subo siempre al cancho y procuro que esté en todo momento fuera de tiro, por ese lado siempre estoy seguro ¡¡gracias a Dios!! Jero va con los nuevos cartuchos, esos que son 27 postas. Nada mas soltar los perros empiezan las ladras dentro, al minuto sale por la hienda del medio un zorro en mi dirección pero Jero le tira hacia abajo con tan mala fortuna que me llevo dos postazos rebotados que me hacen encogerme de dolor, uno en el costado y otro en el muslo, el dolor es insoportable y el disgusto de Jero muy grande, lo calmo diciéndole por señas que no ha atravesado la ropa, señal que no se me han clavado en el cuerpo, para no alarmar no quiero mirarme la carne pero duele, ¡¡joder cómo duele!!

Al instante de la primera sale otra segunda, ésta en sentido contrario y entre Francisco y Juan se la apiolan, dos zorras en un momento, la segunda le ha cogido a Jero viniendo en mi dirección para interesarse, lo calmo y le digo que no ha sido nada, intento sonreir y dejo que la cosa se quede allí, él no ha tenido culpa ninguna pues no ha tirado en mi dirección, ha sido un rebote en el cancho. Nos dirigimos a ver las zorras, pues los perros se han salido ya y vemos que ha sido la pareja, macho y hembra, y como cosa curiosa al macho le falta una pata trasera, era cojo, y a la hembra le falta medio rabo.

Nos regresamos al coche para quitarlas el hopo, hacerlas unas fotos y colgarlas de unas encina para que oreen los alrededores y no se colonice con facilidad la zorrera vaciada, a éstas alturas del día mi “gran y maravillosa máquina” ha dejado de funcionar y sólo lo hace cuando quiere, que es nunca, con lo cual fotos y vídeos ya pocos.

Con unas cosas y otras ya eran las cinco y media de la tarde, decidimos dar una última zorrera que Jero tiene controlada al fondo del coto, nos encaminamos en su dirección con los coches y al llegar a ella nos volvemos a abrir, ésta está en un manchón de canchos en medio de un gran pelao, se puede rodear con facilidad, yo me coloco en lo alto del cancho justo encima de las bocas, Francisco enfrente tapado por una lancha y los otros dos rodean el manchón por la parte de atrás por si se nos van a nosotros entre los canchos. Se sueltan los perros y enseguida las ladras dentro de la zorrera, pero la cosa está dura y no salen ni perros ni zorras, la espera es tensa y dolorida, pues los postazos me tenían bien marcado.

Como a la media hora sale una zorra a ras de cancho enfilando hacia atrás y entre Francisco que la ha visto salir y Juan que está detrás la dejan en el sitio, pero los perros siguen dentro ladrando, señal de que alguna más hay. Seguimos sin movernos pero, como cosa curiosa, todo el rato que estuvimos allí no dejaron de pasarnos palomas a tiro, tentándonos a bajar alguna si no fuera por no molestar a los perros que estaban haciendo un gran trabajo, si nos hubiéramos dedicado a las palomas seguro que más de media docena hubiéramos hecho en el rato que estuvimos allí.

Pero los perros seguían dentro y había que esperar, al rato veo que sale de debajo de mí y hacia el frente, por encima de la lancha, una zorra a toda velocidad pero según voy encarando veo que Francisco es más rápido y le endiña dejándola seca en el acto. Él la ha visto salir del agujero y yo no la he visto hasta que no ha salido del cancho, me llevaba esa ventaja en el tiro pero esa no se hubiera ido en ningún momento, al rato salen los perros y miramos la hora 19:00 h. hemos echado allí más de una hora pero ha merecido la pena, vemos que hemos vuelvo a cobrar otra pareja pero ésta vez el macho es enorme y tiene unos colmillos que se le salen de los labios, impresionante. Malamente le hago unas fotos cuando quiere la cámara y repetimos la operación de siempre, fuera hopo y las zorras a orear en lo alto de un par de encinas. Enfilamos hacia donde tengo aparcado el coche y mientras Jero y Francisco se van porque tienen prisa nosotros nos dirigimos hacia donde estaba la familia de Juan.

Fue llegar y meternos en la lumbre, empezar a echar panceta y chuletas, echar unas risas hasta que se hizo bien de noche y vuelta para casa que el día había sido largo, caluroso, entretenido, cansado y… seguía siendo doloroso.

El vídeo es corto, espero que os guste.

http://www.vimeo.com/3311883

Un saludo

Pd. Hasta que no he llegado a casa no me he visto los postazos, dos buenos puntazos rojos con un buen moratón que va creciendo a su alrededor…y siguen doliendo.

Buen dia tubisteis,4 zorras fuera que no quitan ningun conejo.

P.D:Que te mejores compañero

recuperate de esas postas y piensa que luego cuando vayas a menor disfrutaras mas!! Animo con esa gestion

Baltar perdona mi ignorancia pero a que te refieres cuando dices esos del hopo ?

al rabo pichu

enga baltar que te recuperes pronto dirles a tus amigos que si quieren mas zorros que se bengan a mi coto

Mira éste vídeo Pichu y sabrás lo que es el hopo y cómo se quita con dos palos

¡¡Ah!! y todavía me duelen

Un saludo

ahhhhh si eso ya lo he visto hacer yo a uno que mate en una ocasion pero la mayoria de la gente que he visto lo corta con hueso y todo.

¡¡Jonatan juraría que puse el enlace!!

Pichu esa es la mejor manera, si la cortas con el hueso luego se lo tienes que quitar en casa con unos alicates y es bastante más difícil, si no no puedes curarlo. De ésta forma sale limpio y es muy fácil, luego en casa le agrandas el hueco con un palo y le metes sal y ceniza para curarlo y al final, si le pones un alambres queda muy bien.

Un saludo

yo al de las liebres u conejos a jalon limpio sin hueso un poco de sal y colgado e el coche

Pues a ver si puedes poner el video que aprenda y le doy alguna leccion por ahi a alguno jejejeje.

Eso eso,q asin yo tambien aprendo

Sigo jurando que lo había puesto antes, pero es igual, aquí lo tenéis:

http://www.vimeo.com/2261235

Un saludo

es decir Baltar, que de esta forma se quita solo la "funda" de la cola, no?

Pues otra cosa mas que e aprendido jejejej,para la proxima temporada los que mate asi sera como lo haga

Exactamente Rugi, sale completamente vacía y lista para echarle sal y ceniza, el hueso y la carne se queda en el bicho, con dos palos en condiciones sale muy fácil, en el caso del vídeo lo único que había por allí eran cañas de cardos y se rompían con facilidad, pero es más sencillo incluso de lo que parece, salvo que sea una bicha vieja que te costará un poquito más

Un saludo

yo como no e tenido la suerte de matar los que e tirados por cojemer con plomo fino y a distancias considerables

baltar, luego como dices que lo haceis para conservarla? simplemente la relleno de sal (la de supermercado) y con algo de cenizas (de las de barbacoa) ? perdon si he dicho alguna barbaridad, pero no tengo ni idea

lo as dicho bien rugi un poco de ceniza rebujada con sal y adentro y listo

Lo has dicho bien Rugi, es más que nada para que no crien cocos dentro, con un palo lo vas empujando para dentro, en cuanto el pellejo se seque lo mejor es quitar la sal y la ceniza y le metes un alambre para hacerla más moldeable, lo del alambre no es necesario pero es más práctico.

Un saludo